Vamos a empezar el año con algo de música. ¡Feliz año a todos!
Con cada nota, los sentimientos hacia su patria se incrementaban. Había mucho amor dirigido a gente que yo nunca conocería. Familiares tan distintos entre sí que jamás se comprenderían. Mascotas suaves y cariñosas. Amores de instituto que se quedaron atrás. No era un canto a alguien, era a todo su mundo en sí, un mundo de sensaciones dentro de sensaciones. Un sol muy brillante, una lluvia muy mojada y una risa muy cantarina. No era un epíteto. Era una nueva cualidad asombraste que había adquirido cada palabra.
Cuando acabó y pregunto por mi opinión, no contesté. No podía, atravesada como estaba por el sentimiento de conocer, y a la vez no conocer, un mundo que él me había transmitido. Notaba todo su dolor, toda su pérdida, todo su amor, su esperanza y su añoranza. Sólo quería devolverle esa felicidad... Y, aunque me costaba admitirlo, estaba un poco celosa porque sólo se la pudiera dar su mundo y no yo.
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