13 noviembre, 2013

La enamorada

-Posiblemente pienses así porque nunca antes nadie te ha dado un beso espontáneo que haya valido la pena -Sonrió.

-Posiblemente -admití.

Inspirada por sus palabras, me adelanté un paso. Sin pensar nada, sin planificar nada. Alcé la cabeza y mi único pensamiento no fue para lo que iba a hacer, sino la ridícula idea de que no pensaba que él fuera tan alto. Pero ni esto me descolocó. Cerré los ojos y posé mis labios sobre su boca burlona y sonriente. Apenas fue una caricia. Apenas fue un roce. Nada que en el futuro pudiera recordar con vigor, excepto esa sensación. La sensación de estar viva. Porque en ese instante estaba viva. Viva y enamorada.