24 mayo, 2013

Quiero, quiero, quiero.

 Quiero un castillo en el cielo, forrado de tapices que se ondeen al viento.
 Quiero mil luces azules y moradas.
 Quiero la sonrisa más ancha del mundo, quiero las lágrimas más secas de la historia.
 Quiero esos ojos azules.
 Quiero un anillo gris.
 Quiero el viento, y quiero el agua.
 Quiero un beso.
 Quiero la estrella más fría y la más ardiente.
 Quiero versos pintados de oro.
 Quiero amor congelado en una copa de cristal.
 Quiero lluvia, y quiero gritar.
 Quiero tres deseos. 
 Quiero tener una cuerda infinita.
 Quiero el huracán, el tornado y el maremoto.
 Quiero permitirme temblar. Quiero que me tiemble el corazón una y dos veces más.
 Quiero sentirme asustada.
 Quiero dragones.
 Quiero un vestido blanco y bailar con él hasta que se haga la noche.
 Quiero un mar lleno de espejos.
 Quiero mirar el fondo de mi corazón.
 Quiero una torre cubierta de rosas secas.
 Quiero puentes colgantes hasta un destino incierto.
 Quiero que el color dorado se cuele por mis ojos cerrados.
 Quiero unos brazos abiertos solo para mí.
 Quiero que las sombras se cuelen por las grietas del muro.
 Quiero sentir que la tormenta no me daña nunca más.
 Quiero un guerrero.
 Quiero sentir el fósforo en mis venas.
 Quiero palabras golpeándome sin parar.
 Quiero mi voz.
 Quiero sentirme en el centro del punto cardinal.
 Quiero que venga el sol y me bese la nariz.
 Quiero tumbarme, sonreír y morir.

23 mayo, 2013

Otro escrito tétrico (2)



Mi querido Diario:

 Me desperté por la noche por los gritos. Al parecer, eran míos. Mamá y varias criadas llegaron a mi habitación enseguida. No podía dejar de llorar. El médico me ha cambiado las pastillas. Me ha puesto más anti-depresivos y me ha recetado un sedante más potente para dormir. Sigo sin salir de casa.
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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  Mi querido diario:

 Hoy hace sol. No veo el sol. Mi madre está asustada.
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme. 
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  Mi querido diario: 

 Esta madrugada me han ingresado en la clínica. Me han estado haciendo pruebas. No me he enterado, he estado todo el día drogada. Mi padre dejó la búsqueda para verme. Aun sigue junto a mi cama. Han venido a verme muchas personas: amigas de mi madre, compañeros de la universidad... Ingrid no ha podido. La habitación está llena de flores. Parece un funeral. 
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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  Mi querido diario:

 Hoy me han conectado unos tubos. Dicen que estoy deshidratada. Me alimentan también por allí porque vomito todo lo que me dan. Hay periodistas en la puerta del hospital. Mi padre salió para echarles, pero han vuelto.
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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  Mi querido diario: 

 Siento no haber escrito ayer. Es que me dieron el alta. He vuelto a casa, con más medicamentos. Mi madre se asegura de que me los tome. Mi padre ha vuelto al bosque. Dicen que no la encuentran. Rastrearan una vez más el bosque y si no está, irán a buscarla a otros. Yo no quiero. Eso significa que papá se irá durante un tiempo. Mis padres han reñido por eso hoy. Él se quiere ir a buscar, pero mi madre no quiere que se vaya tanto tiempo.
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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   Mi querido diario: 

Hoy he salido de la cama. Mi madre dice que los anti-depresivos empizan a funcionar y me da más. He paseado por el jardín con un par de criadas. Mi madre no quiere que me pase nada... ¿Pero qué me va a pasar en el jardín? Hoy no me siento tan perdida. Me pregunto donde estará. El médico dice que esos pensamientos no son sanos y que cuando los tenga, me tome las pastillas. Viene cada día para asegurarse de que estoy mejor. Pero no ha cambiado nada.
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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 Mi querido diario:

 El médico dice que estoy mejor. Ya no viene tanto. Papá se fue a Washington esta mañana. Dice que desde allí manejará todo mejor. Mamá está planeando un viaje para las dos a Nueva York. Dice que tenemos que despejarnos. Pero el doctor ha dicho que no. Me tengo que recuperar, o algo así.
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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   Mi querido Diario:

 Hoy he salido por primera vez con dos amigas de la universidad. Todavía no voy, pero ha sido genial verlas. Me han contado los últimos cotilleos e incluso me han hecho reir. Casi no recordaba como era. Pero no soy la misma. Me hicieron mi primera foto desde que se fue. No me reconozco. Me la he pegado en el espejo del tocador y no paro de mirarla. La chica está delgada y triste. No tiene vida en sus ojos. No sonríe. Está rara. Además, se viste de negro desde que su hermana desapareció. Es triste...
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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 Mi Querido diario:

 Ya no soporto la foto. No soy yo. No puedo estar así. No estoy fea. El negro me sienta bien. Estoy guapa... pero demasiado fria. La voy a pegar aquí. No soporto verla cada vez que me miro al espejo. Ya no estoy tan deprimida. Al revés. No quiero ver a nadie. Es como si hubiera vuelto a mi adolescencia. No sé que pasa. Es una mezcla de melancolía y mala leche, metido todo en le mismo bol y mezclado con el color negro.

 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.


¿Tenéis curiosidad de saber quién era Zaira Kay? ¡Foto!

Otro escrito tétrico


 En mi época de forera de rol, mi personaje, Zaira Kay, tuvo un momento bastante tétrico. Su hermana pequeña, Colette, había desaparecido. Esto hizo que ella y toda su familia pasara por una época bastante inestable, que Zaira recogió en un diario. El foro "Humbel" estaba ambientado en un estilo futurista, con una nueva raza de humanos bellos, mutantes, robots y los antiguos imperfectos humanos, los "proscritos". La familia de Zaira era una rica y conocida familia de la ciudad más poderosa del mundo.



Mi querido diario:

 Han pasado doce días, trece horas y cuarenta y dos segundos desde que Colín desapareció. Lo más extraño es que no siento nada. No hay odio hacia los humanos. Nada. He conocido a varios en mi vida..., y no me ha parecido que fueran tan malvados. Por supuesto, mis padres no piensan igual.
No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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 Mi querido Diario:

 Papá sale con soldados especializados en búsqueda y rescate cada día, vuelve a la madrugada para echarse un siesta de dos horas en su despacho y se vuelve a ir. Si lo viese Colín no lo reconocería. Parece más irascible y cansado. Casi no se pude hablar con él. Coge toda su pena y la convierte en ira. La ira que le da fuerzas para levantarse cada día, ir al bosque y ver si mata a algún humano. Tendrán que tener cuidado. 
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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 Mi querido Diario.

 Creo que mamá está mejor. No, es mentira. Me pide que salga de casa, que haga algo. Después de los primeros días de vomitos y lloreras descontroladas, de no ver a nadie ni estar presentable, de estar todo el rato en la cama y de ni siquiera peinarse, parece que ha cambiado su forma de ver la vida. Se peina, se arregla y no para de hacer cosas. Al final, los anti-depresivos sí sirvieron para algo. No para de hacer cosas dentro de casa, limpiar y cocinar, algo que detestaba hacer. Es su método para tener la mente ocupada y que no le de un bajón. En los últimos días, ha salido de casa. Queda con sus amigas y sale para comprar cosas inútiles que le hagan sentir bien. Se ha propuesto cambia de arriba a abajo la casa. Lo noto. Aun así, por las noches la oigo llorar. 
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme..
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 Mi Querido Diario:

 Nadie ha vuelto a entrar en la habitación de Colín. Es una puerta maldita al final del pasillo. Yo no pienso romper esa tradición. No quiero tocar sus cosas, oler su aroma y verla sentada en la silla poniedose unos calcetines. Toda su habitación es infantil y femenina, de colores inspirados en blanco y rosa. No voy a poder entrar. Es imposible. No puedo. La echo de menos.
  No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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  Mi querido diario:

 Ya ha pasado otra semana. No quiero salir de casa. Todavía no he ido a la universidad desde que la raptaron. Algunos compañeros han venido a verme. Solo los he visto por educación. Ni siquiera tengo fuerzas para salir de la cama. Menos mal que tengo a Ingrid. Viene siempre que puede. Nos tumbamos con una manta en el sofá y vemos una peli. El médico me ha recetado los anti-depresivos de mi madre. Dice que en unos días estaré mejor. También unas pastillas para dormir y unas ampollas para que me habrán el apetito. Al parecer, he adelgazado.
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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 Mi querido Diario:

 Hoy no tengo fuerzas para escribir. Así que acabaré con la pequeña frase que he repetido estos dias al final de cada página:
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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07 mayo, 2013

Avisos para personas despistadas (¡Sí, tú!)

1. ¿Os gusta la nueva apariencia? Sí, sigo moviéndome por los mismos colores, pero si os fijáis bien, podréis apreciar varias diferencias, entre ellas los nuevos adornitos... Después de ver otros blogs con miles de imágenes, me di cuenta de que había llegado el momento de decorar el mío.

2. Dentro de 4 días es mi cumpleaños. Lo dejo caer.

3. Estoy muy viciada a Twitter, así que si alguien tiene Twitter y no me lo dice... La encontraré.

4. En la primera imagen de la columna sale mi nombre completo, por si alguien le pica la curiosidad. ¿Un apellido un poco raro? Sí, nadie sabe pronunciarlo.

5. Me gusta mucho mucho la poesía. Y sigo con el dibujo, así que ahora lo que hago es dibujar los poemas que leo. Si los queréis ver..., la respuesta es no.

6. Estoy haciendo una lista de odios. Puede que algún día la leáis.

7. Estoy haciendo una lista de cosas que hacer antes de morir. Puede que algún día la leáis.

8. He hecho esto con photoshop, y me alegra saber que voy mejorando. Poco a poco.