23 mayo, 2013

Otro escrito tétrico


 En mi época de forera de rol, mi personaje, Zaira Kay, tuvo un momento bastante tétrico. Su hermana pequeña, Colette, había desaparecido. Esto hizo que ella y toda su familia pasara por una época bastante inestable, que Zaira recogió en un diario. El foro "Humbel" estaba ambientado en un estilo futurista, con una nueva raza de humanos bellos, mutantes, robots y los antiguos imperfectos humanos, los "proscritos". La familia de Zaira era una rica y conocida familia de la ciudad más poderosa del mundo.



Mi querido diario:

 Han pasado doce días, trece horas y cuarenta y dos segundos desde que Colín desapareció. Lo más extraño es que no siento nada. No hay odio hacia los humanos. Nada. He conocido a varios en mi vida..., y no me ha parecido que fueran tan malvados. Por supuesto, mis padres no piensan igual.
No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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 Mi querido Diario:

 Papá sale con soldados especializados en búsqueda y rescate cada día, vuelve a la madrugada para echarse un siesta de dos horas en su despacho y se vuelve a ir. Si lo viese Colín no lo reconocería. Parece más irascible y cansado. Casi no se pude hablar con él. Coge toda su pena y la convierte en ira. La ira que le da fuerzas para levantarse cada día, ir al bosque y ver si mata a algún humano. Tendrán que tener cuidado. 
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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 Mi querido Diario.

 Creo que mamá está mejor. No, es mentira. Me pide que salga de casa, que haga algo. Después de los primeros días de vomitos y lloreras descontroladas, de no ver a nadie ni estar presentable, de estar todo el rato en la cama y de ni siquiera peinarse, parece que ha cambiado su forma de ver la vida. Se peina, se arregla y no para de hacer cosas. Al final, los anti-depresivos sí sirvieron para algo. No para de hacer cosas dentro de casa, limpiar y cocinar, algo que detestaba hacer. Es su método para tener la mente ocupada y que no le de un bajón. En los últimos días, ha salido de casa. Queda con sus amigas y sale para comprar cosas inútiles que le hagan sentir bien. Se ha propuesto cambia de arriba a abajo la casa. Lo noto. Aun así, por las noches la oigo llorar. 
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme..
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 Mi Querido Diario:

 Nadie ha vuelto a entrar en la habitación de Colín. Es una puerta maldita al final del pasillo. Yo no pienso romper esa tradición. No quiero tocar sus cosas, oler su aroma y verla sentada en la silla poniedose unos calcetines. Toda su habitación es infantil y femenina, de colores inspirados en blanco y rosa. No voy a poder entrar. Es imposible. No puedo. La echo de menos.
  No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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  Mi querido diario:

 Ya ha pasado otra semana. No quiero salir de casa. Todavía no he ido a la universidad desde que la raptaron. Algunos compañeros han venido a verme. Solo los he visto por educación. Ni siquiera tengo fuerzas para salir de la cama. Menos mal que tengo a Ingrid. Viene siempre que puede. Nos tumbamos con una manta en el sofá y vemos una peli. El médico me ha recetado los anti-depresivos de mi madre. Dice que en unos días estaré mejor. También unas pastillas para dormir y unas ampollas para que me habrán el apetito. Al parecer, he adelgazado.
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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 Mi querido Diario:

 Hoy no tengo fuerzas para escribir. Así que acabaré con la pequeña frase que he repetido estos dias al final de cada página:
 No sé que hacer. Estoy perdida. Quiero morirme.
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